miércoles, 13 de enero de 2010

GAME OVER 2.0

A finales de la década de los 90, la Comunidad Valenciana se encontraba entre las comunidades autónomas con menor fracaso escolar. Desafortunadamente para los valencianos, una década después, somos líderes en fracaso escolar. Actualmente, la tasa de fracaso escolar entre los menores de 18 años que abandonan sus estudios sin obtener el graduado de ESO, se sitúa en el 39,7%. De cada 10 alumnos valencianos, 4 no lo consiguen. Y, mientras tanto, el gobierno de Camps, entretenido en sus cosas.

Todos los gobiernos saben que la educación es la base sobre la que debe asentarse el futuro de una sociedad. La preparación y la formación de nuestros jóvenes es una de las máximas prioridades de cualquier buen gobierno. Y todos los esfuerzos que se hagan para mejorar la calidad de la educación siempre sabrán a poco.

El programa Escuela 2.0 del gobierno de España pretendía algo tan lógico en estos tiempos como es que todos los alumnos de 5º de primaria a 2º de ESO tuvieran su propio ordenador personal como herramienta de trabajo en clase y en casa. Con ello se pretende dotar a nuestros alumnos de conocimientos y herramientas claves para su desarrollo personal y profesional así como adaptar los procesos de enseñanza y aprendizaje al siglo XXI.

Hasta aquí todo parece normal e incluso deseable. Hasta que llegó el conseller de educación valenciano y una vez más, hizo una de las suyas y sin rubor alguno dijo en rueda de prensa que “el ordenador de Zapatero provoca miopía” (aunque los mejores oftalmólogos del país rápidamente lo hayan desmentido). El conseller de educación preocupado por la salud de nuestros niños? O hay algo más? Quizás sea un problema presupuestario (la Generalitat ha de financiar al 50 %) o quizás sea una cuestión ideológica (seguro que en los colegios privados y concertados que subvencionan ya disponen de ordenadores para los alumnos). En cualquier caso, Font de Mora, una vez más, se ha pasado de la raya.

Da escalofríos pensar en la política educativa que el PP implantaría a su gusto sino fuera por la firme y contundente contestación de la comunidad educativa y de la sociedad valenciana en general a las ocurrencias y disparates de Camps y Font de Mora.

Ya no pueden esconderse más ni disimular su manera de gobernar. El PP, ni quiere, ni puede, ni sabe gobernar. Pero no los subestimemos. Están haciendo lo que se espera de ellos. Ni más, ni menos. Durante algún tiempo han podido engañar a la opinión pública con los grandes eventos con los que una y otra vez han intentado alienarnos. Pero el juego se acaba.

Porque son a ellos dos, a Camps y Font de Mora, a los que hago directamente responsables de que ningún niño valenciano, entre ellos mi hijo, que cursan 5º de primaria, no puedan recibir su educación pública en un aula con pizarras digitales, acceso a internet y con su propio ordenador personal. Y su única culpa, es que en lugar de haber nacido en Galicia o Catalunya, haya tenido la mala fortuna de que su presidente y el de todos los valencianos sea Francisco Camps. Y eso, no se lo perdono a ninguno de los dos.

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