Todos los gobiernos saben que la educación es la base sobre la que debe asentarse el futuro de una sociedad. La preparación y la formación de nuestros jóvenes es una de las máximas prioridades de cualquier buen gobierno. Y todos los esfuerzos que se hagan para mejorar la calidad de la educación siempre sabrán a poco.
El programa Escuela 2.0 del gobierno de España pretendía algo tan lógico en estos tiempos como es que todos los alumnos de 5º de primaria a 2º de ESO tuvieran su propio ordenador personal como herramienta de trabajo en clase y en casa. Con ello se pretende dotar a nuestros alumnos de conocimientos y herramientas claves para su desarrollo personal y profesional así como adaptar los procesos de enseñanza y aprendizaje al siglo XXI.
Hasta aquí todo parece normal e incluso deseable. Hasta que llegó el conseller de educación valenciano y una vez más, hizo una de las suyas y sin rubor alguno dijo en rueda de prensa que “el ordenador de Zapatero provoca miopía” (aunque los mejores oftalmólogos del país rápidamente lo hayan desmentido). El conseller de educación preocupado por la salud de nuestros niños? O hay algo más? Quizás sea un problema presupuestario (
Da escalofríos pensar en la política educativa que el PP implantaría a su gusto sino fuera por la firme y contundente contestación de la comunidad educativa y de la sociedad valenciana en general a las ocurrencias y disparates de Camps y Font de Mora.
Ya no pueden esconderse más ni disimular su manera de gobernar. El PP, ni quiere, ni puede, ni sabe gobernar. Pero no los subestimemos. Están haciendo lo que se espera de ellos. Ni más, ni menos. Durante algún tiempo han podido engañar a la opinión pública con los grandes eventos con los que una y otra vez han intentado alienarnos. Pero el juego se acaba.
Porque son a ellos dos, a Camps y Font de Mora, a los que hago directamente responsables de que ningún niño valenciano, entre ellos mi hijo, que cursan 5º de primaria, no puedan recibir su educación pública en un aula con pizarras digitales, acceso a internet y con su propio ordenador personal. Y su única culpa, es que en lugar de haber nacido en Galicia o Catalunya, haya tenido la mala fortuna de que su presidente y el de todos los valencianos sea Francisco Camps. Y eso, no se lo perdono a ninguno de los dos.
Enhorabona pel blog. ¡Ànim!
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