martes, 4 de mayo de 2010

LA MORAL DEL PP: DOBLE O NADA



Doy mi palabra que siempre me ha desbordado la doble moral de la derecha y de algunos dirigentes del PP. Con el paso del tiempo y de la experiencia que solo dan los años, en lugar de restarle importancia y no hacerles caso, me ocurre justo lo contrario: me sigue desbordando su doble moral política ( SIC).
Son tan hábiles en sus discursos prefabricados de serie que la verdad (platónica o no) queda siempre ocultada tras los espejos rotos de la manipulación y de los espejismos.
Alguien decía que la derecha suele protegerse siempre en la patria y en los sentimientos más íntimos de las personas que por ser subjetivos suelen quedar al margen de la razón. Y así, no hay discusión ni debate. Y si en política prevalecen los sentimientos por encima de la racionalidad como vemos que ocurre muy a menudo, entonces qué queda de la democracia ?
Todo esto viene a colación de la ligereza de algunos comentarios vertidos hace poco respecto a la asistencia de los socialistas a diferentes actos. Que se sepa, cada uno es libre de asistir o no, a nivel personal o de representación institucional, a cuantos actos considere oportuno. Y vestido como mejor le parezca. O no? sr. Senyoret.
Como quien no quiere la cosa, se lanzan opiniones y valoraciones siguiendo el ritual de la derecha: tergiversa que algo queda. No es mi estilo entrar al trapo y atacar de la misma manera. Y no lo voy a hacer ahora.
Cuando uno quiere entrar en el juego político, lo normal es hacerlo con argumentos, propuestas y un claro proyecto político para su país, su comunidad autónoma o para su ciudad, como es el caso. Y cuando uno carece de proyecto alguno, como es el caso, solo le queda hablar de lo irrelevante, como es el caso.
No dudo que los orígenes de las personas marcan carácter. Sin embargo, aludir permanentemente a algunos de ellos, obviando el resto, denota cierto complejo freudiano que no logro descifrar.
La memoria es selectiva, sin duda. Pero cuando la amnesia es un truco barato de feria que responde a intereses nada metafísicos, a eso se le llama: doble moral, o en el peor de los casos: la nada.

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