martes, 2 de febrero de 2010

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?


Mientras lamento, y de qué manera, la decisión de la NASA anunciando que el regreso del hombre a la luna se retrasa "sine die" (son cosas mías), me encuentro con el penúltimo juicio de Aznar sobre Zapatero, y digo penúltimo porque seguramente a estas horas el oráculo se habrá pronunciado de nuevo.
Nunca he dudado de la buena fe del ex-presidente y de su preocupación sincera por los problemas pasados, presentes y futuros de España. Sólo que cuando los verbaliza no suele estar acertado. A su modo ha creado escuela y sus alumnos más aventajados, también los valencianos, nos deleitan con verdaderas perlas casi todos los días. Font de Mora, Alfonso Rus, Fabra o González Pons (¿te acuerdas Esteban de tu paso por Xirivella en campaña electoral?) tienen esa gracia reservada únicamente a los elegidos.
En la antología mediática diaria del disparate, el mal gusto y los insultos a propios y extraños, hay que reconocer que la derecha está más en el "candelabro". Excepto Mariano y alguna honrosa excepción más, parece que se encuentran en permanente necesidad de demostrar que ellos y ellas, más.
Sin duda que para destacar entre la masiva información de todo tipo que inunda las redacciones de los periódicos, emisoras de radio y de televisión se necesita irrumpir como un elefante en una cacharrería. Para competir con la presunta ruptura de Brad Pitt y Angelina Jolie, o aparece Esperanza con un "joputa" con dedicatoria especial o es que es imposible. Y Aznar lo sabe. No aparece mucho en público pero cuando lo hace, amigo mío, átate los machos que viene y buena.
Ayer, en la universidad San Pablo-CEU de Madrid, sentó cátedra de nuevo. Lejos de comportarse como lo han hecho todos los ex-presidentes del gobierno de España hasta ahora y saber actuar con la dignidad que su condición le confiere, Aznar se convierte en el azote de Zapatero, del gobierno y de todo lo que se aleje más de un milímetro de la ortodoxia neoliberal y capitalista y eso que tras la crisis global y financiera ni los gobiernos europeos más conservadores defienden. Su lapidaria sentencia "nunca nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo" refiriéndose al actual presidente del gobierno es un síntoma preocupante de quien dedica el tiempo libre, además de a hacer 1500 abdominales diarias, a copiar las citas de Winston Churchill ("nunca tantos debieron tanto a tan pocos" refiriéndose a los pilotos de la RAF en la batalla de Inglaterra).
Todos recordamos la defensa de Zapatero a Aznar ante la impetuosa intervención del presidente Chávez en aquella famosa cumbre iberoamericana, allí donde el rey Juan Carlos acuñó aquel famoso " por qué no te callas?". No es que esperemos que Aznar lo tenga en cuenta. Sin duda que su reino no es de este mundo. Para quien posee la reserva espiritual-liberal de occidente y está más allá del bien y el mal sería deshonroso y degradante no criticar todo lo que haga el gobierno socialista.
Lo más coherente que podría hacer es renunciar a los privilegios que le confiere su condición de ex-presidente que, por cierto, son muchos, y así poder participar del juego partidista con total libertad. Como no es previsible que lo haga, seguiremos padeciendo sus ocurrencias.
Houston, tenemos un problema.

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